martes, 23 de enero de 2018

Terapia de Evaluación : El Egoísmo.




           
TERAPIA DE EVALUACION.

En un pasado artículo hablamos de la terapia de Evaluación, hoy vamos a tocar algunos elementos que tenemos evaluar en esta terapia, y es un sentimiento o estado  mental llamado Egoísmo.
¿Qué es el egoísmo? La palabra egoísmo proviene del latín, formado por dos palabras, una es ego (que denomina al ser individual) y la otra es ismo (determina la práctica de algo, en este caso de acciones repetitivas que solo benefician a uno mismo). En el idioma español la palabra egoísmo no tiene existencia hasta el año 1786, aunque en otros idiomas se vio registrada con anterioridad, por ejemplo en latín en 1722 o en el idioma italiano en 1762.
El egoísmo es una actitud tóxica y dañina para las personas, ya que los lleva por la vida guiados solo por sus propios intereses. Esto termina llevándolos a una vida de soledad, ya que están cegados en lo que los beneficia a ellos mismos y no piensan en otras personas, no tienen intenciones de compartir, ayudar o colaborar en una causa que no los involucre o beneficie directa o indirectamente. El egoísmo puede hacer de tu vida un caos, pues no quiere nada bueno para tus semejantes, y entonces si hay una Ley de Reciprocidad; cómo quieres que lleguen cosas buenas para ti, sino le deseas bien a tus semejantes, cuando eres incapaz de desprenderte de algo que consideras tuyo, para ayudar a otro es momento de analizar y evaluarte, ya que tu ego esta dominando tus emociones y estas actuando solo para tus intereses personales y beneficio solo para ti. Cuando actúas así tu egocentrismo se está haciendo presente.
Se habla de egocentrismo para referirse a las actitudes egoístas, y también a aquella persona que siente que el mundo gira en torno a sus necesidades, deseos y caprichos, a esa persona que no puede hacer a un lado su pensamiento para dar lugar al de otra persona.
Pongamos un ejemplo: Tomamos el transporte público para volver a casa, encontramos un asiento vacío y decidimos sentarnos. En la siguiente parada del transporte, sube una señora que tiene un bebé en brazos. Nosotros estamos sentados y cómodos, lo correcto sería levantarse y ceder el asiento a alguien que definitivamente lo necesita, ya que no puede ir de pie con un niño tan pequeño. Una persona egoísta no se pararía, porque privilegia su propia comodidad antes que la de los demás. No dejas que invadan tu zona de confort aunque esta dañe a terceros, no hay egoísmo bueno, he oído decir a personas yo soy egoísta porque te amo, y te quiero solo para mí, para comenzar es una persona insegura, egocéntrica porque quieres que esa persona gire en tu entorno que tú seas el centro de atención, aquí estas olvidando los deseos y las necesidades de esa persona. Como podemos reconocer que estamos ante una persona egoísta, que casi siempre tienen una fachada muy distinta pues el egoísta es muy vivaz.
1. No muestran sus debilidades y vulnerabilidades. 
Un motivo común y egoísta para no prestar ayuda es el temor a mostrar debilidad, a intentarlo y quedar en evidencia al sentir que nuestra acción en realidad no sirve de mucho. La persona piensa que, por echar una mano a la persona que la necesita, están mostrando debilidad e inseguridad interior.
2. No aceptan las críticas constructivas.
Las personas en una actitud egoísta sostienen el pensamiento de que su entorno intenta menospreciar su trabajo y potencial. De este modo, intentarán a toda costa no reconocer una crítica constructiva, a menudo se defienden con la ironía y es muy complicado que reconozcan que están equivocados. Es imposible hacerle entender que están actuando negativamente, pues de paso creen tener la verdad absoluta.
3. Consideran que merecen todo.
Las personas en una actitud egoísta se caracterizan por ser poco constantes a la hora de seguir sus metas. Podríamos decir que las cambian continuamente y demandan que cada una de sus ocurrencias sea valorada y tenida en cuenta de la misma forma que la de la persona que ya lleva una larga trayectoria.
Pueden llegar a pensar que el éxito estará siempre de su lado porque sí, dándoles igual a quien tengan que quitarse de en medio en su camino para conseguirlo.
4. No escuchan a los que están en desacuerdo con ellos. Las personas egoístas sienten como enemigos a aquellos que son maduros e inteligentes, ya que estos son capaces de respetar y escuchar las opiniones ajenas.
Escuchar y aprender de las demás opiniones es una buena oportunidad de ampliar los horizontes y crecer. Selecciona con lo que quieres quedarte pero no dejes de escuchar, no ignores porque temes ni le vuelvas la espalda al mundo.
5. Critican a espaldas de los demás. 
Las personas en actitud egoísta prefieren la crítica fácil y por la espalda. En el fondo temen no tener razón y al hacen desde la distancia para que la realidad no pueda estropear su idea de cómo tienen dibujado el mundo en su cabeza.
Necesitan creer, por ejemplo, que todas las personas que son pobres lo son porque no quieren trabajar y prefieren vivir en la calle o porque no tienen la suficiente fuerza de voluntad y constancia para formarse. Sosteniendo estas explicaciones pueden separarse mentalmente de las personas que viven en condiciones precarias, descartando la idea de que un día un golpe de mala fortuna pueda llevarlas al mismo lugar.
6. Agrandan sus logros. Una de las carencias más importantes y notorias de una persona en actitud egoísta tiene que ver con la falta de humildad. La humildad es una virtud preciosa y humana necesaria para crecer como seres humanos y personas sociables con nuestro entorno. Las personas egocéntricas únicamente taparán este potencial personal buscando resaltar y engrandecer sus logros.
Se adjudicarán más responsabilidad de la que les corresponde cuando el resultado ha sido un éxito y buscarán la salida de emergencia cuando le proyecto no haya terminado bien. Por otro lado, puedes contar con ellos para navegar, siempre y cuando el viento vaya a favor.
7. Les da miedo arriesgarse. Pánico, terror. Enlazando con el punto anterior no consideran el fracaso porque nunca se exponen a él. Eso sí, no dudan en criticar de forma dura y severa cuando otros no consiguen aquello que pretenden. Son los primeros que te van a decir, si es que ya se veía venir…
Dentro de mi propio crecimiento personal, pude ser testigo de algunos de los rasgos anteriores y cuando te das cuenta de ello, de que no te estás responsabilizándote de tus acciones y comienzas a ver la luz de la madurez… O estamos nosotros actuando así, es momento amigo de buscar ayuda, comienza haciendo un examen de conciencia para que te hagas una autoevaluación, sí no puedes acude a un terapeuta para que te realice una T. D. E.
Monica Zerpa. Elangelus.  





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