TERAPIA DE EVALUACION.
En un pasado artículo hablamos de
la terapia de Evaluación, hoy vamos a tocar algunos elementos que tenemos
evaluar en esta terapia, y es un sentimiento o estado mental llamado Egoísmo.
¿Qué es el egoísmo? La palabra egoísmo proviene del latín, formado por dos palabras, una es
ego (que denomina al ser individual) y la otra es ismo (determina la práctica
de algo, en este caso de acciones repetitivas que solo benefician a uno mismo).
En el idioma español la palabra egoísmo no tiene existencia hasta el año 1786,
aunque en otros idiomas se vio registrada con anterioridad, por ejemplo en
latín en 1722 o en el idioma italiano en 1762.
El egoísmo es una actitud tóxica y dañina para las
personas, ya que los lleva por la vida guiados solo por sus propios
intereses. Esto termina llevándolos a una vida de soledad, ya que están cegados
en lo que los beneficia a ellos mismos y no piensan en otras personas, no
tienen intenciones de compartir, ayudar o colaborar en una causa que no los
involucre o beneficie directa o indirectamente. El egoísmo puede hacer de tu
vida un caos, pues no quiere nada bueno para tus semejantes, y entonces si hay
una Ley de Reciprocidad; cómo quieres que lleguen cosas buenas para ti, sino le
deseas bien a tus semejantes, cuando eres incapaz de desprenderte de algo que
consideras tuyo, para ayudar a otro es momento de analizar y evaluarte, ya que
tu ego esta dominando tus emociones y estas actuando solo para tus intereses
personales y beneficio solo para ti. Cuando actúas así tu egocentrismo se está haciendo presente.
Se habla de egocentrismo para referirse a las actitudes egoístas, y también a
aquella persona que siente que el mundo gira en torno a sus necesidades, deseos
y caprichos, a esa persona que no puede hacer a un lado su pensamiento para dar
lugar al de otra persona.
Pongamos un ejemplo: Tomamos el transporte público para volver a
casa, encontramos un asiento vacío y decidimos sentarnos. En la siguiente
parada del transporte, sube una señora que tiene un bebé en brazos. Nosotros
estamos sentados y cómodos, lo correcto sería levantarse y ceder el asiento a
alguien que definitivamente lo necesita, ya que no puede ir de pie con un niño
tan pequeño. Una persona egoísta no se pararía, porque privilegia su propia
comodidad antes que la de los demás. No dejas que invadan tu zona de
confort aunque esta dañe a terceros, no hay egoísmo bueno, he oído decir a
personas yo soy egoísta porque te amo, y te quiero solo para mí, para comenzar
es una persona insegura, egocéntrica porque quieres que esa persona gire en tu
entorno que tú seas el centro de atención, aquí estas olvidando los deseos y
las necesidades de esa persona. Como podemos reconocer que estamos ante una
persona egoísta, que casi siempre tienen una fachada muy distinta pues el
egoísta es muy vivaz.
1. No muestran sus debilidades y vulnerabilidades.
Un motivo común y egoísta para no
prestar ayuda es el temor a mostrar debilidad, a intentarlo y quedar en
evidencia al sentir que nuestra acción en realidad no sirve de mucho. La
persona piensa que, por echar una mano a la persona que la necesita, están
mostrando debilidad e inseguridad interior.
2. No aceptan las críticas constructivas.
Las personas en una actitud
egoísta sostienen el pensamiento de que su entorno intenta menospreciar su
trabajo y potencial. De este modo, intentarán
a toda costa no reconocer una crítica constructiva, a menudo se defienden con
la ironía y es muy complicado que reconozcan que están equivocados. Es
imposible hacerle entender que están actuando negativamente, pues de paso creen
tener la verdad absoluta.
3. Consideran que merecen todo.
Las personas en una actitud
egoísta se caracterizan por ser poco constantes a la hora de seguir sus
metas. Podríamos decir que las cambian continuamente y demandan que
cada una de sus ocurrencias sea valorada y tenida en cuenta de la misma forma
que la de la persona que ya lleva una larga trayectoria.
Pueden llegar a pensar que el
éxito estará siempre de su lado porque sí, dándoles igual a quien tengan
que quitarse de en medio en su camino para conseguirlo.
4. No escuchan a los que están en desacuerdo con ellos. Las personas egoístas sienten como enemigos
a aquellos que son maduros e inteligentes, ya que estos son capaces de
respetar y escuchar las opiniones ajenas.
Escuchar y aprender de las demás opiniones es una buena oportunidad
de ampliar los horizontes y crecer.
Selecciona con lo que quieres quedarte pero no dejes de escuchar, no ignores
porque temes ni le vuelvas la espalda al mundo.
5. Critican a espaldas de los demás.
Las personas en actitud egoísta
prefieren la crítica fácil y por la espalda. En el fondo temen no tener razón y
al hacen desde la distancia para que la realidad no pueda estropear su idea de
cómo tienen dibujado el mundo en su cabeza.
Necesitan creer, por ejemplo, que
todas las personas que son pobres lo son porque no quieren trabajar y prefieren
vivir en la calle o porque no tienen la suficiente fuerza de voluntad y
constancia para formarse. Sosteniendo estas explicaciones pueden separarse
mentalmente de las personas que viven en condiciones precarias, descartando la
idea de que un día un golpe de mala fortuna pueda llevarlas al mismo lugar.
6. Agrandan sus logros. Una
de las carencias más importantes y notorias de una persona en actitud egoísta
tiene que ver con la falta de humildad. La humildad es una virtud preciosa y
humana necesaria para crecer como seres humanos y personas sociables con
nuestro entorno. Las personas
egocéntricas únicamente taparán este potencial personal buscando resaltar y
engrandecer sus logros.
Se adjudicarán más
responsabilidad de la que les corresponde cuando el resultado ha sido un éxito
y buscarán la salida de emergencia cuando le proyecto no haya terminado bien.
Por otro lado, puedes contar con ellos para navegar, siempre y cuando el viento
vaya a favor.
7. Les da miedo arriesgarse. Pánico, terror. Enlazando con el
punto anterior no consideran el fracaso porque nunca se exponen a él. Eso sí,
no dudan en criticar de forma dura y severa cuando otros no consiguen aquello
que pretenden. Son los primeros que te van a decir, si es que ya se
veía venir…
Dentro de mi propio crecimiento
personal, pude ser testigo de algunos de los rasgos anteriores y cuando te das
cuenta de ello, de que no te estás responsabilizándote de tus acciones y
comienzas a ver la luz de la madurez… O estamos nosotros actuando así, es
momento amigo de buscar ayuda, comienza haciendo un examen de conciencia para
que te hagas una autoevaluación, sí no puedes acude a un terapeuta para que te
realice una T. D. E.
Monica Zerpa. Elangelus.
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