miércoles, 17 de junio de 2020

2da Parte de Obesidad Emocional.


Cómo entiendes la obesidad y el sobrepeso?
Cuando experimentamos un conflicto emocional que no sabemos resolver, nuestra biología va a tratar de darnos una solución. El hecho que almacenemos más grasa en nuestro cuerpo es la solución biológica para poder enfrentarnos a la amenaza que estamos experimentando a nivel emocional.
Cuando experimentamos un impacto emocional nuestro inconsciente no distingue entre real o simbólico. No importa si realmente estamos en peligro o solo lo sentimos. Puede que vivamos una  situación donde nos hemos sentimos abandonados, por ejemplo, después de un divorcio, después de perder un puesto de trabajo o después de la muerte de un ser querido. Para el inconsciente cualquier emoción es como si estuviéramos en una situación de abandono real.
¿Cuál es el origen emocional de la obesidad y el sobrepeso?
La obesidad y el sobrepeso tienen muchos subconflictos emocionales. Uno de ellos es el conflicto de abandono. De forma arcaica estar solo es sinónimo de estar en peligro. Si vivimos una situación donde hemos sentido que estábamos abandonados o lo vivimos como una amenaza, aunque no fuera real, nuestra biología va desplegar los recursos necesarios para poder sobrevivir hasta que encontremos la solución al conflicto.
Biológicamente, hay 2 factores esenciales para la supervivencia: El líquido y la grasa. Si mi cuerpo almacena líquido y grasa podré sobrevivir por más tiempo si no puedo acceder a los recursos.
Si experimento un conflicto donde me siento solo, abandonado, mi biología va a desplegar esos recursos. Si no resuelvo el conflicto emocional entonces, esa grasa va a quedarse anclada en mi cuerpo, incluso irá aumentando si me voy encontrando con otras pequeñas situaciones relacionadas con el conflicto inicial.
¿Cómo podemos averiguar cuáles son nuestros conflictos asociados con la obesidad y el sobrepeso?
La forma en la que lo tratamos desde la BioNeuroEmoción es buscando las conflictos emocionales desencadenantes que hayamos experimentado a lo largo de nuestra vida.
Una forma de encontrar el conflicto es preguntando a la persona ¿desde cuándo tiene sobrepeso? ¿Qué situación vivió como un impacto emocional en el momento que empezó a desencadenarse el sobrepeso?
También el número de kilos puede ser un indicativo. Por ejemplo, a una persona que le sobren 15 kilos le preguntaremos ¿Qué sucedió cuando tenía 15 años? O ¿Qué pasó hace 15 años? Es una labor de indagar hasta encontrar el desencadenante.
Nuestro inconsciente tiende a memorizar aquellos datos que están vinculados con el impacto que estamos viviendo.
Por ejemplo, una persona le sobra 20 kilos. Investigando, encontramos que a los 20 años perdió a su madre y lo vivió como un gran trauma, se sintió abandonada. Es un como un duelo no realizado. Su inconsciente incorpora esa cifra a su cuerpo como una forma de retener ese acontecimiento. Cuando la persona toma conciencia y libera la emoción no expresada empieza a perder esos kilos sin esfuerzo.
Esto es solo un ejemplo, una persona puede tener muchos pequeños desencadenantes diferentes y hay que ir buscándolos.  Y por supuesto, cada persona tiene su propia historia, cada caso es diferente, aunque el conflicto de base sea el mismo.
¿Qué es lo que necesitamos para perder peso?
En primer lugar estar dispuestos a cuestionarnos nuestras creencias. Es el primer paso para poder cambiarlas. Eso nos ayudará a poder ver una determinada situación de otra manera.
A partir de ahí es cuestión de hacer un cambio profundo de creencias. Las personas con sobrepeso suelen tener creencias muy desvalorizantes como “no soy suficiente” “no valgo” “necesito estar a la altura” “tengo que luchar”…
En la medida que cambiemos nuestras creencias de base podremos ver la vida de otra manera, y encontrar los recursos para cada situación.
¿Por qué algunas personas viven la comida como algo negativo?
En primer lugar hay una gran creencia asociada a que los alimentos nos engordan o nos perjudican. Eso genera una determinada emoción, sobre todo cuando comemos aquello que creemos que nos puede engordar. La actitud con la que nos relacionamos con la comida ya puede desarrollar un conflicto en sí mismo.
Si me siento mal cada vez que como mi inconsciente va a percibir aquello que estoy haciendo (comer) como un peligro y por tanto, va a poner mi biología en marcha.
También el rechazo hacia nosotros mismos, hacia nuestro cuerpo, hace que nuestra biológica reaccione. A esto lo llamamos conflicto de silueta. Ese rechazo hace que nuestro cuerpo libere más glucagón y experimentemos una hipoglucemia, sintiendo la necesidad de alimentarnos de forma compulsiva.
Es un círculo vicioso que hay que romper. La única forma de hacerlo es comenzar a aceptarnos a nosotros mismos y entender que nuestra biología nos ha dado el cuerpo que necesitamos para poder enfrentarnos a esos conflictos.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra relación con la comida?
Sin duda, cambiar la relación con nosotros mismos. Es lo único que podemos cambiar realmente en nuestra vida.
Empezar a tener una relación más respetuosa con nosotros, ser menos autoexigentes y fluir con la vida.  Permitirnos disfrutar y sentir placer.
 Extraído de la web.


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